jueves, 13 de noviembre de 2008

FESTIVAL LOY KRATONG















Ayer se celebró uno de los festivales más importantes para los tailandeses el Loy Kratong. Siempre se celebra en la primera luna llena se noviembre, este año ha caído en el día 12.

Estuve en casa de Bow, una chica que conocí mientras estaba en Rayong. Vive en una casa al lado de un canal con su familia, en Bangkok. Está bastante apartada del centro, y no te da la impresión de que estés en la ciudad. Aquí las casas son de madera y están suspendidas en las aguas del canal, son muy básicas: una habitación central y un par de habitaciones, con un baño sin agua corriente (se lavan con barreños), también tienen un porche que da al canal. Da la impresión de que sea un barrio de chabolas al lado de un río, con remiendos por todas partes. En este barrio es mejor no andar sola por la noche, es una zona pobre.

La familia de Bow me acogió calurosamente. Durante el día del festival estuvimos haciendo Kratongs, que son centros hechos con hojas de bananas y orquídeas. El porcho estaba lleno de este material para confeccionarlos para su posterior venta. Habían varias mujeres trabajando, las abuelas y dos tías de Bow, me enseñaron a hacer mi propio Kratong. Fue bastante divertido, porque ninguna de ellas habla en inglés, pero por lo visto el idioma universal siempre funciona. El primero que hice me quedó como un churro, y se reían, me decían que lo venderían por 5 baths. Los siguientes ya me quedaron muchísimo más bien y se vendieron con facilidad. Se impresionaron por mi rápida habilidad, jajajja. Estuvimos unas cuantas horas trabajando, riendo y compartiendo comida.

Hacia la tarde empezaron a venir los primitos de Bow, estuve jugando un ratito con ellos. Estaban entusiasmados porque en este día se pueden tirar cohetes y compraron unos cuantos, bengalas y fuentes. Corrían por el porche con una felicidad auténtica. Más tarde empezaron a venir más miembros de la familia, amigos, etc. En total deberíamos ser unas 20 o 25 personas, yo era la atracción de la noche, porque no es muy usual tener un “farang” (extranjero) entre ellos.

Cuando anocheció, fuimos a la orilla del canal para poner los Kratongs sobre el agua. Están hechos sobre una plataforma que flota, procedente también de los plataneros. Totos llevan incienso y una vela para encenderlos en el momento de dejarlos en el agua. Antes de echarlos se reza a Buda y luego se pide un deseo para que se cumpla. Es toda una ceremonia para los budistas! Es bonito ver el canal lleno de Kratongs con sus lucecitas. En otros lugares los Kratongs, en lugar de ponerlos en los ríos, son como una especie de globos también con velitas que suben al cielo y al final terminan quemándose. He visto algún video en el Youtube y es impresionante ver el cielo todo lleno de lucecitas.

Después de la ceremonia, compramos comida para hacer una barbacoa tailandesa con los amigos de Bow en el porche. Esta barbacoa no es como la que nosotros conocemos, aquí utilizan verduras, sopa y carne de cerdo adobada, también puedes encontrar trozos de calamares, gambas y cangrejo entre medio. Ya lo veréis en la foto. La comida estaba riquísima!!!!

Pronto se hizo medianoche, entre una cosa y otra. Llegó la hora de despedirme de todos y coger un taxi hacia mi hostal. Así es como pasé mi primer Loy Kratong, de una forma bastante familiar y típicamente tailandesa.

BANGKOK











Al llegar a Bangkok, todo cambia después de estar un mes en Rayong. Atrás queda la brisa del mar, el olor a marisco fresco, las puestas de sol, las amables charlas con la gente local… Ahora, delante de mis ojos se presenta una ciudad gris, con un gran índice de contaminación debido al tráfico, a la infinidad de aparatos de aire acondicionado. Es una mega ciudad con más de 7 millones de habitantes, así que os podéis hacer una idea de cómo puede ser. Lo que sorprende al viajero como yo, es ver a gente que llevan máscaras tapando su cara para evitar los inevitables gases. Tal vez, por estar una semana no afecte mi salud, pero para la gente que vive aquí puede ser un problema.

A pesar de los inconvenientes del tráfico y de la contaminación, Bangkok parece ser una ciudad muy activa. Siempre están preparados para celebrar alguna cosa, sobre todo en la zona comercial. Actividades para dar a conocer su cultura a los extranjeros; escenarios para quien quiera demostrar su talento y habilidades; fiestas de la cerveza nacional con conciertos incluídos… La lista es interminable. Nunca había visto tanto lujo y tan buen gusto en las decoraciones, que por cierto, ya están adornados con motivos navideños. Parece irónico, ellos no celebran la navidad porque son budistas, pero la fiebre del consumismo también ha llegado a la capital de Tailandia. La gente de Bangkok, es gente que está a la moda, su modo de vestir no tiene nada que envidiar a la de los europeos. Hasta incluso diría que van mejor vestidos!

En Europa queremos estar bronceados porque nos parece que la piel morena es más bonita. Sin embargo, la gente de Tailandia utiliza maquillaje claro y polvos talco para estar más blancos. La gran mayoría odia el color de su piel y huyen del sol (en la playa se bañan vestidos, durante el día utilizan paraguas para protegerse de él). Es horrible ese maquillaje en sus caras, y lo utilizan tanto mujeres como hombres. Estar moreno es símbolo de los campesinos en las zonas rurales, los cosmopolitas son de otra clase superior, según su punto de vista, está claro. De modo que existen diferencias de clases entre ellos, y el color de la piel puede ser un claro distintivo.

Los medios de comunicación también tienen un gran impacto sobre la gente de aquí. Sobre todo la publicidad y las grandes estrellas tailandesas que sirven de modelo para miles de jóvenes. Casi todos se tiñen el pelo, me refiero a ambos géneros, o bien se lo rizan o crespan… No quieren tenerlo liso y negro, que es como realmente lo tienen. Casi todos llevan peinados parecidos, parece que sólo haya un salón de belleza (así los llaman ellos) en toda la ciudad. El peinado también puede ser otro indicativo dentro de la escala social.

En cuanto al trabajo se refiere, los tailandeses son personas más bien perezosas. No tienen el mismo concepto de trabajo que nosotros, quizá trabajen más horas al día pero el trabajo en sí no es nada si se compara con los estándares europeos. Al mes suelen ganar entre 100 y 150 euros, entre 3 y 5 euros diarios. La verdad, no entiendo como algunos de ellos pueden llegar a fin de mes, porque vale que Tailandia es barato, pero contando comida, transporte y alojamiento creo que deben rozar, hasta incluso sobrepasar esa cifra si se exceden en la compra de productos y servicios para ser más fashion.

Para moverte por la ciudad tienes un gran abanico de transportes. Puedes ir en metro, o en skytrain (un tren que va por encima de la ciudad, sobre un puente hecho para su uso); taxis, que aquí generalmente son de color rosa; tuk-tuks, son motos triciclo que llevan una cabina para dos personas; moto-taxis, éstos son los más baratos para distancias corta; autobuses sin ventanas; furgonetas con aire acondicionado; songtaews, son otro tipo de furgonetas con dos bancos a los lados, normalmente es el medio de transporte para zonas rurales; ferrys que van por el río; taxi-barcos de alta velocidad, etc, etc. Es fácil moverse por Tailandia, la dificultad es hacerse entender de tu lugar de destino, porque la gran mayoría de gente no entiende inglés y tampoco entiende las letras de nuestro alfabeto. Recordar que el tailandés tiene otro tipo de escritura, para nosotros es muy difícil, pero para ellos nuestro alfabeto también es igual de difícil. Así que es mejor tener la dirección escrita en Thai y no habrá ningún tipo de problema.

Bangkok es una ciudad que no te la acabas en una semana, siempre hay sitios nuevos que visitar con un sinfín de actividades para tu entretenimiento. Ya iré escribiendo más sobre esta hermosa capital, porque hay mucho que explicar.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

EMPIEZA LA CUENTA ATRÁS...


Mañana dejo a mi gente de Rayong, me da bastante pena, me gusta estar aquí. Pero tengo que seguir y empezar una vez por todas el proyecto, así que mañana me voy para Bangkok, pasaré allí unos días. Después me voy para la frontera de Tailandia, a una granja donde han adoptado niños birmanos huérfanos, también hacen proyectos sociales para la comunidad karen. Voy a hacer de voluntaria, dando clases de inglés, jugar con los niños, ayudando en los huertos ecológicos que tienen, construyendo edificios, etc. En lo que haga falta vaya, y en lo que buenamente pueda, jejeje.

En esta granja no tienen ningún tipo de servicio, con esto quiero decir que no tienen agua corriente, ni electricidad y por supuesto tampoco tienen internet. Espero adaptarme rápido, la ducha está en el riachuelo que corre al lado de la granja, además son vegetarianos, así que cuando venga por Navidades estaré más caníval que nunca, jajaja. Lo que voy a llevar peor es que no permiten fumar en la granja, en ningún sitio, veo que también voy a quedarme sin uñas. Ya veremos!!! Espero que estos pequeños inconvenientes no sean nada comparado con todas las buenas experiencias que puedo tener allí.

El pueblo más cercano está a 40 minutos en coche, espero poderme escaparme de vez en cuando para comunicarme con el mundo y dar señales de vida. Quiero seguir escribiendo en el blog, aunque no sea tan a menudo. Por cierto, no sé si alguien lo debe estar leyendo, me gustaría saber que pensáis, no seáis perros!!

Os dejo colgadas unas fotos del sitio donde voy a ir, de los niños con quien voy a trabajar...

Cuidaros y no olvidéis que todos formamos parte de un todo. Un besazo!

lunes, 3 de noviembre de 2008

YA HE VUELTO DE KOH KOOD!
















Ayer llegué de nuevo a Roots, después de 10 horas de viaje seguidas. Mi cuerpo estaba indispuesto de tanto trajín: dos barcas, furgonetas y varios autobuses. Me tenía que concentrar en mi dolor de estómago para no vomitar a nadie encima, por suerte, pude controlarlo y llegar de nuevo al hostal. Aquí me recibieron con sorpresa y abrazos, no les había avisado de que venía. Me sentí como en casa!

He estado exactamente 6 días en Koh Kood, es una isla paradisíaca, muy bonita. Aunque he echado de menos el calor de la gente de Rayong, para qué negarlo. Tal vez porque he estado muy poco en la isla, y el tiempo que he estado casi no he salido del recinto del hotel. En el hotel sólo he tenido que pagarme la comida, el alojamiento y el desayuno lo tenía pagado. Vaya hotelazo! El lugar en el que está ubicado es muy hermoso, rodeado de palmeras por todos lados, la única piscina de toda la isla, casitas de madera al estilo de Bali (con ducha al aire libre), restaurante decorado en teka y flores silvestres, y lo más espectacular: una pequeña cala de aguas azul esmeralda.

La isla ahora empieza a desarrollarse para el turismo, Koh Kood es la última isla del archipiélago perteneciente a Trat, que colinda con Camboya. Todo el mundo va hacia Koh Chang porque allí disponen de todos los servicios. Aunque Koh Kood es ideal para hacer submarinismo y pequeñas excursiones, que normalmente son organizadas por los hoteles. Intenté encontrar transporte público, y por lo visto, todavía no existe. Aquí la gente se mueve en moto para ir de un lado a otro. Alquilar una moto es bastante caro si lo comparas con otros sitios de Tailandia, casi 3 veces más. El sábado decidí alquilar una y ver la isla entera, sin necesidad de las aburridísimas excursiones organizadas.

Para empezar, no sé si os lo habré dicho, pero aquí conducen por el otro lado. A veces sino ves ninguna moto en el camino, tienes que pensar que debes conducir por el lado contrario, y es una rayada, porque te vas preguntando si vas por el lado correcto. No existen muchas carreteras pavimentadas y las indicaciones están en Tailandés, así que no te sirven de nada. En el hotel me dieron un mapa bastante chapucilla de la isla, decidí no usarlo y a ver donde me llevaban esos caminos, en lo único que estaba interesada era en encontrar una cascada y me llevó mi tiempo saber cómo llegar hasta ella. El camino para llegar a la cascada estaba totalmente enfangado y no se veía ni Dios, me quedé atascada varias veces, pero por suerte logré sacar la moto del barro. Me puse de barro hasta arriba! Finalmente, llegué a la cascada, pero para verla mejor tenías que escalar unas rocas super resbaladizas. El sitio estaba solitario y para mí era un pequeño paraíso en el que disfrutar, me bañé, el agua estaba bastante fría, pero después de la odisea para llegar hasta allí no me costó nada meterme en esas cristalinas aguas.

Visité casi toda la isla, al menos por donde me dejaba ir la moto. Lo que más me gustó fue un pueblo pesquero, en el que las casas están suspendidas en el agua en una larga hilera, había una pequeña pasarela que iba desde la primera casa hasta la última. La vida en este pueblo es bastante sencilla, lo que más me llamó la atención fue las grandes antenas parabólicas de las que disponen para ver la tele.

Cuelgo unas cuantas fotos para que os hagáis una idea de cómo es la isla: el hotel, las playas, el pueblo pesquero y la cascada. Un besazo a todos!